martes, septiembre 15, 2009

Silvio Rodríguez y Roberto Fernández Retamar en Méxco

El pasado domingo tuve la fortuna de estar en el concierto que dio Silvio Rodríguez en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, después de 2 años de ausencia, esta vez regresó acompañado del poeta cubano Roberto Fernández Retamar, con quien compartió el escenario en un magnífico recital de música y poesía.

Mientras que Retamar y Silvio alternaban sus interpretaciones, este último confesaba que algunas de sus canciones fueron hechas al tiempo que leía poesía de Retamar, lo cual imprimía cierta influencia en ellas y así lo hacía notar al público, y de verdad que una vez hecho el apunte, sin que fueran una copia al carbón, se notaba la influencia del poeta cubano en las letras de las canciones de Silvio Rodríguez.

Silvio se ha distinguido por hacer canciones que en su mayoría hablan de vivencias propias, otras, de acontecimientos sociales de interés general y otras más de personajes cercanos a él con los que tiene relación o se identifica, en este caso, no es difícil el identificarse con la poesía de Retamar, sus textos de gran sencillez, autenticidad y cotidianidad, resultan tan comprensibles para todos que bien puede uno tomar sus letras como propias, bien se puede uno ver incluído en las situaciones que expresa en su poesía, le escribe a la vida diaria a los sentimientos del día a día, a las preocupaciones humanas, caseras y terrenales de la mayoría de nosotros, en más de uno de sus poesías me vi reflejado y conmovido, gran combinación de mi cantautor favorito y a partir de ahora uno de mis poetas favoritos.

La inspiración divina no existe, como bien me lo decía mi maestro Saúl Serrano, y bien lo explica Silvio, la producción del artista es resultado del trabajo constante y del estudio de otros productores de arte quienes influencian en lo que hacemos, como es el caso de Retamar y Silvio.

El concierto duró dos horas y media, hora y media entre ambos y una hora más durante la que generosamente Silvio interpretó temas por todos coreados, el público hizo regresar a Silvio al escenario en más de dos ocasiones, en una de ellas el público aplaudió y coreó su nombre por más de 8 minutos.

Cerró el concierto con una de mis canciones favoritas La Historia de las Sillas.

Espero poder tener la oportunidad de volverlo a escuchar en próximas visitas a México.